Y ya tenemos aquí otra de las plagas de este siglo XXI, la de confundir términos y confundir al respetable utilizando aquellos por los cuales, los mismos usuarios, no sienten el más mínimo respeto. Dan ganas de vomitar, oyendo a toda la prensa del corazón hablando de CENSURA, cuando se trata de la vida privada de alguien que no ha elegido ser un personaje público, sino que le ha venido impuesto por ser hermana de quien es. Tiene narices que ahora Telma Ortiz tenga que ser la guardiana de los actos de su hermana, es más la víctima. Y todos estos chupasangres, desinformados, de la mal llamada prensa rosa, con el señor Peñafiel a la cabeza, invocando valores que desconocen y que continuamente se están saltando a la torera. Y la diferencia entre actos públicos y privados no es tan difícil de dirimir, y desde luego no es el tema aquí. El tema es que hay una serie de gente, que pretende convertir todos sus actos privados en públicos, y por supuesto otra que está interesada en los mismos. Pero hay otra que, seguramente muy a su pesar tiene que comparecer en actos públicos pero se reserva los privados, que constituyen más del 90% de su vida.
Yo no leo revistas del corazón, tengo la tele programada para ciertas ocasiones , la mayoría de las cuales son vídeos o DVDs, y contadas series, que son ficción (ni siquiera veo los documentales de la 2), leo un sólo periódico (en teoría serio) y hojeo otro (también en teoría serio), y aún así conozco las andanzas de Sarkozy, se quien es Belén Esteban (lo cual debemos a agradecer a esa profesional del periodismo de investigación cazallero llamada AR Quintana) y María José Campanario, y supongo que algunos más, que ni me importan ni considero que tengan una vida más interesante que la mía. Entonces ¿Por qué no dejar que alguien quiera ahorrarnos toda esta casquería inútil? Yo creo que es muy de agradecer. Espero que esta señora gane la demanda, y esto suponga un correctivo y un antecedente para todos estos programas y medios que nos achican el cerebro aún más de lo que ya está.
martes, 13 de mayo de 2008
Cómo no ser un personaje público
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